El viaje
migratorio de la mariposa monarca es uno de los fenómenos más asombrosos de la
naturaleza, una travesía épica de miles de kilómetros impulsada por varias
generaciones. El ciclo de vida y la migración de estas mariposas se entrelazan
de una manera única, creando un "relevo" generacional que garantiza
la supervivencia de la especie.
El Comienzo del Viaje
La
migración de la mariposa monarca comienza en Canadá y el noreste de Estados
Unidos. A finales del verano y principios del otoño, millones de mariposas
de la generación "matusalén" -llamadas así por su inusualmente larga
vida- inician su viaje de regreso hacia el sur. Estas mariposas son las
nietas o bisnietas de las que hicieron el viaje de ida. Su destino final son
los bosques de oyamel en el centro de México, específicamente en los
estados de Michoacán y México. Este recorrido puede ser de hasta 5,000
kilómetros.
La Vida de una Monarca y la Duración de la
Migración
Sin
embargo, las mariposas que emprenden el viaje migratorio de otoño son
especiales. Viven hasta ocho meses, lo que les permite completar el
largo viaje hacia el sur y pasar el invierno en los santuarios de México. La migración
en sí misma dura aproximadamente dos meses.
El Relevo Generacional: Un Legado Sin Fin
El hecho
más destacado y fascinante de esta migración es que ninguna mariposa
individual completa el viaje de ida y vuelta. Las monarcas que parten de
Canadá y Estados Unidos hacia México son las únicas de su especie que viven
lo suficiente para llegar al final. Pasan el invierno en los bosques de
oyamel, y en la primavera, vuelan hacia el norte.
A medida
que vuelan de regreso, estas "mariposas matusalén" ponen huevos en
plantas de algodoncillo (su principal fuente de alimento) en el sur de Estados
Unidos. A partir de estos huevos, nacen nuevas mariposas que continuarán el
viaje.
- Primera generación de
primavera:
Nacen en el sur de Estados Unidos, vuelan más al norte, y también ponen
huevos.
- Segunda y tercera
generaciones:
Nacen en el medio oeste y el norte de Estados Unidos y Canadá, y repiten
el ciclo de vuelo y reproducción.
- Cuarta generación (la
"matusalén"): Esta es la generación que nace al final del
verano y que posee el instinto genético de volar hacia el lejanísimo sur. Muchas
de estas mariposas migratorias nunca han visto su destino y no lo verán,
ya que serán sus descendientes quienes inicien el ciclo de regreso en la
primavera siguiente.
Este
ciclo de relevo generacional asegura que la migración persista, demostrando una
notable transmisión de información genética que guía a las mariposas a un lugar
que sus antepasados conocieron y que ellas mismas jamás han visto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario